jueves, 20 de octubre de 2011


Por Alteraciones de origen cutáneo-mucoso

Facies alcohólica: se desarrolla en el alcoholismo crónico y permite muchas veces el diagnóstico con la simple observación de los rasgos fisionómicos; la piel de la cara está enrojecida y existen numerosas dilataciones vénulo-capilares (telangiectasias) en el tejido subcutáneo, rasgos gruesos y edema inferopalpebral. La nariz engrosada, en ocasciones con modificaciones muy notorias muestra gruesas nodulaciones, poros agrandados, abundante secreción sebácea y color rojizo, denominándose rinofima.

Facies lúpica: en el lupus eritematoso sistémico las lesiones cutáneas que asientan en la cara constituyen el eritema en vespertilio o en mariposa, cuyo cuerpo asentaría en el dorso nasal y las alas se desplegarían en la región malar. Están constituidas por placas induradas rojas o violáceas, planas o ligeramente elevadas, de bordes netos y recubiertas de escamas cuyo desprendimiento deja a la vista folículos pilosos dilatados.




Facies de la dermatomiositis: esta afección presenta dos elementos cutáneos característicos: el eritema y el edema. El primero puede manifestarse como un enrojecimiento difuso o bien en forma de placas rojo-violáceas de color heliotropo de bordes deprimidos con una superificie discretamente engrosada y descamativa que recuerda mucho a la pelagra. Cuando esta erupción predomina en la zona periorbitaria recuerda a los anteojos y origina la facies lila o violácea de Fanconi. El edema tiene preferencia por los párpados es de consistencia dura y le da a la cara un aspecto abotagado e inexpresivo ("facies de alabastro").

Facies esclerodérmica: la afectación de la cara origina una facies característica que recuerda a las momias egipcias o facies "de pájaro". El esqueleto se transparenta a través de los tegumentos adelgazados y densos, los pómulos salientes y las mejillas oprimidas con su piel adherida al esqueleto. La frente sin arrugas es lisa y brillante. La nariz debido a la retracción de los tejidos está adelgazada y la punta como un gancho, dirigida hacia el labio superior. Los labios finos tirantes, no pueden cerrar la boca que permanece entreabierta ("en bolso de marinero"). Las orejas están adheridas al cráneo y los párpados por su retracción no pueden cerrarse completamente.

Facies caquéctica: se la observa en los períodos terminales de las enfermedades consuntivas, particularmente en el cáncer, la cara ostenta un tinte pálido-grisáceo, ojerosa, con desaparición del tejido subcutáneo y la bola adiposa de Bichat e hipotrofia muscular.




Facies hipocrática o peritoneal: expresa una intensa angustia. Se la observa en la fase terminal de la peritonitis, en el shock profundo y en el cólera, es decir fundamentalmente en las enfermedades con trastornos del metabolismo del agua y los electrólitos que cursan con intensa deshidratación. Consiste en una palidez terrosa de la piel y la frente está perlada de sudor frío y viscoso. Los rasgos son prominentes y afilados, los ojos se hunden en las órbitas y las córneas pierden brillo. A ello se suman los labios secos y arrugas.




Facies nefrítica: es una cara pálida y edematosa con manifiesto edema bipalpebral que reduce las aberturas palpebrales.





Facies leonina: se la observa en la letra nodular y en algunos casos de infiltración leucémica. Las cejas están despobladas en su totalidad y en ocasiones existe alopecia en placas en el cuero cabelludo. Los contornos de la cara se hacen irregulares, nodulares y nrosados, particlarmente en lafrente, la mejilla, la babilla  la nariz





Facies pelagrosa: La piel es rojiza y áspera (de ahí su nombre pelle-agra) con descamaión fina, furfurácea; en ocasiones costrosa. Es caracterísico el eritema facial generalizado predominante en las mejillas y alas de la nariz. Los labios están secos y descamados; en ocasiones existe estomatitis angular y lengua roja brillante y depapilada. En el cuello se observa el típico collar de Casal, que señala el límite de la lesión, ya que la dermatitis se circunscribe en las zonas expuestas a la intemperie.

Facies paquidérmica plicata: puede verse como expresión del cáncer de pulmón o aisladamente (síndrome de Touraine, Solente, Golé). El costro tiene expresion de envejecimiento extremo, los surcos profundos, más o menos paralelos, lineales o curvos y en ocasiones cerebriformes. En la frente, los surcos y los pliegues mayores son horizontales, existiendo en la región media uno a cuatro pliegues verticales; a veces la plicatura se extiende a toda la cara. Se acompaña de intensa seborrea y los orificios excretorios de las glándulas sebáceas están agrandados.

3. Por alteraciones circulatorias.







Facies mitral: se la observa en pacientes con estrechez mitral y se caracteriza por cianosis de la nariz, los pómulos, el mentón y los labios, lo que contrasta con la palidez del resto de la cara (máscara mitral).

Facies aórtica: de la insuficiencia valcular aórtica, se caracteriza por presentar palidez especialmente peribucal (cardíacos blancos de Laségue) con pulsación visible en las arterias temporales y carotídeas y el movimiento rítmico de la cabeza hacia delante y hacia atrás, acompasadamente con cada latido cardíaco (signo de Musset).

Facies arterial: es característica de la enfermedad de Takayasu-Martorrell por obliteración de los troncos supraaórticos. La falta crónica de irrigación de la cara trae como consecuencia la atrofia de los músculos faciales y la desaparición del tejido celular subcutáneo, con lo cual el paciente exhibe una fisonomía cadavérica.

Facies venosa: se la observa en el síndrome de la vena cava superior por obstrucción de dicho tronco venoso; ocurre con frecuencia en el cáncer broncopulmonar. El rostro es bultoso cianótico, con turgencia de las venas frontales y del cuello, gran número de telangiectasias en la nariz y en los pómulos, edema facial, del cuello y de la parte superior del tronco (edema en esclavina).

Facies de Ayerza: se presenta en los cardíacos negros de Ayerza, variedad de corazón pulmonar crónico caracterizada por intensa cianosis, abotagamiento del rostro y poliglobulia, esta úøtima debida a una mayor producción de hematíes por la médula ósea en respuesta al aumento de la eritropoyetina inducida por la hipoxia.

4. Por alteraciones endócrinas

Facies hipertiroidea: en el hipertiroidismo se destaca la cara adelgazada, sin bola adiposa de Bichat y escasos músculos temporales que marcan las salientes óseas. El primer signo que llama la atención es la mirada ansiosa (cara de asustado), que puede acompañarse de protusión ocular (exoftalmos), retracción del párpado superior y mirada brillante y fija, sin parpadeo. La piel es aterciopelada, caliente y sudorosa (facies tireotóxica). Los cabellos son finos y a menudo se observa canicie precoz. El exoftalmos puede ser uni o bilateral y se ve con más frecuencia en la enfermedad de Graves-Basedow. Cuando estos pacientes dirigen la mirada hacia abajo, el párpado superior deja al descubierto la esclerótica, debido a que éste no acompaña los movimientos oculares. La exoftalmia en sí puede ser sólo aparente, dado el aumento de tamaño de la hendidura palpebral, razón por la cual es conveniente medir por medio de un exoftalmómetro la protusión ocular. Esta se considera normal cuando no sobrepasa los 19mm, mínima entre los 21 y 23 mm, moderada entre los 24 y 27 mm y marcado o grave cuando sobrepasa los 28mm.

Facies hipotiroidea: abotagada y edematosa, inexpresiva, somnolienta: las cejas despobladas especilamente en la región caudal, los rasgos aparecen borrados, desdibujados. El cabello es ralo, seco; la piel pálida, seca y fría. Los párpados tumefactos, abombando los inferiores como bolsas y surcados por finas arrugas. La hendidura palpebral está disminuida, la nariz es ancha, bulbosa, aplanada. Existe agrandamiento lingual (macroglosia) y los labios son gruesos (facies mixedematosa). En la facies cretina por hipotiroidismo congénito se agrega a la debilidad mental, la lengua fuera de la boca y el escurrimiento salival: el llanto se asemeja a un quejido casi inaudible. Adquiere un aspecto tosco ("facies de mascarón de proa").

Facies acromegálica: presenta un conjunto de elementos patognomónicos que permiten identificar fácilmente esta enfermedad: crecimiento de los huesos faciales y senos frontales; los arcos superciliares y cigomáticos son prominentes, los párpados abotagados, las orejas hipertrofiadas, el cartílago nasal crece y la nariz se observa gruesa y abultada; los labios grandes y turgentes, prognatismo del maxilar inferior debido al crecimiento de la mandíbula con dientes separados (diastema) y macroglosia. La cara en su conjunto presenta rasgos grotescos.


Facies cushingoide: la cara es redondeada, en luna llena, con adiposidad regional; la piel es rubicunda, brillante y con equimosis. La hendidura palpebral estrechada, la boca de labios estirados (boca de pez), se acompaña de un cuello corto y grueso y giba dorsal ocasionada por depósito de tejido adiposo en la zona cervical y dorsal. En la mujer y en el niño hay marcada hipertricosis.



Facies addisoniana: caracteriza a la insuficiencia suprarrenal crónica. Es inexpresiva siendo llamativo el oscurecimiento de la piel y la presencia de pigmentación gris o marrón en la boca o en las encías. Los rasgos están acusados por adelgazamiento y deshidratación; los ojos hundidos tienen expresión de tristeza.


Facies adrenogenital: se presenta en mujeres hirsutas (barba y bigote), con acné facial, calvicie y enrojecimiento facial; tienen apariencia masculina. La producen los tumores virilizantes de los ovarios o las suprarrenales que elaboran andrógenos.

Facies del hipoparatiroidismo: esta enfermedad se caracteriza por espasmos musculares en la crisis de tetania los que afectan los músculos faciales. La frente y las cejas se encuentran fruncidas; la mirada es fija, angustiosa y desorientada, los labios se encuentran apretados con las comisuras hacia abajo y afuera (risa sardónica o boca de carpa).

Facies de la insuficiencia adenohipofisaria: se observa una facies inexpresiva, apática, indiferente, pálida, con un discreto edema de los párpados y un ligero enrojecimiento facial. Las cejas son despobladas y en el hombre la barba y el bigote son escasos. La lisura cutánea es pronto sustituida por arrugas en la piel que junto a la escasa pigmentación da un aspecto de envejecimiento precoz (gerodermia). La cara de los enanos hipofisarios suele ser redonda y blanca (muñeca de porcelana) con piel fina en la que luego aparece la gerodermia.

5. Por alteraciones neurológicas.

Facies de la parálisis facial: Cuando es periférica las facciones son tan elocuentes que permiten formular el diagnóstico de la lesión del VII par solo en la inspección. Se caracteriza por los siguientes signos: cara asimétrica, borramiento de las arrugas de la frente del lado paralizado, lagoftalmos y epífora. En el lado paralizado el sujeto no puede arrugar la frente ni elevar la ceja: cuando se le ordena cerrar el ojo, el globo ocular se dirige hacia arriba hasta que la córnea desaparece debajo del párpado superior (signo de Bell) y el pliegue nasolabial aparece aplanado y la comisura caíða. Los movimientos voluntarios están ausentes, el paciente no puede silbar ni mostrar los dientes cuando se le ordena.

Facies parkinsoniana: También denominada facies del jugador de pocker, porque tiene como rasgo saliente la inexpresividad. El paciente carece de mímica, su mirada es fija y parpadea muy raramente, la piel se halla lustrosa como embadurnada de pomada (cara de pomada), la boca está entreabierta y fluye saliva por sus comisuras. La inmovilidad mímica y el aspecto estereotipado se deben a la alteración de los centros extrapiramidales que regulan la esfera emotiva. Se observan en la enfermedad de Parkinson, en el parkinsonismo post-encefalítico y en otros estados parkinsonoides.

Facies de la hemorragia cerebral: Se caracteriza por inmovilidad de la cabeza, desviada hacia un lado y la mejilla del lado paralizado abultada por el movimiento respiratorio, tomando el aspecto de "fumador de pipa".

Facies del síndrome de Claude-Bernard-Honer: se debe a la destrucción del simpático cervical. Se caracteriza por presentar los siguientes elementos: misosis; disminución de la hendidura palpebral con enoftalmia y trastornos vasomotores y sudorales asociados sólo si la lesión se halla a nivel del ganglio estrellado (ganglio del simpático inferior).

Facies del síndrome de Pourfour du Petit: se debe a la excitación del simpático cervical. Es menos frecuente que la anterior; se caracteriza por presentar: midriasis y tendencia a la exoftalmía con agrandamiento de la hendidura palpebral. Reconoce los mismos factores etiológicos que el anterior, pudiendo presentar el paciente en su evolución, primero la forma irritativa y luego la destructiva.




Facies miasténica: en la miastenia gravis la debilidad de los músculos faciales determina ptosis bilateral de los párpados y cierta laxitud en los músculos de los labios y mejillas. El enfermo para mirar lleva la cabeza hacia atrás, lo que le proporciona un aspecto somnoliento.



Facies seudobulbar: la cara es inexpresiva y afectada por momentos y sin motivo justificado, por crisis de llanto o de risa espasmódica, sin relación con el estímulo que la desencadena. Se produce cuando se lesionan los haces corticobulbares y corticoespinales y se observa después de los cincuenta años, con predominio en el hombre.

Facies sardónica: En el tétanos existe contractura permanente de la musculatura mímica facial, determinando la llamada facies sardónica o del espasmo cínico, por estiramiento transversal de las hendiduras palpebrales y comisuras labiales. Se observan arrugas en la frente y en el ángulo externo de los ojos, con elevación de las cejas y las alas nasales, los músculos maseteros están contraídos impidiendo la abertura de la boca (trismus). Tiene similitud con las máscaras griegas (facies de comedia).



Facies de Hutchinson o de la "mirada del astrónomo": hallándose paralizados todos los músculos oculares, el paciente presenta ambos párpados superiores caídos y para poder ver tiene que llevar la cabeza hacia atrás y contraer fuertemente la frente; se la encuentra en la oftalmoplejía nuclear progresiva.

6. Por alteraciones hematológicas.




Facies leucémica: en la leucemia aguda la piel de la cara es pálida grisácea con expresión de inquietud, los labios están decolorados y pueden existir manifestaciones hemorrágicas en forma de equimosis y con mayor frecuencia petequias sobre todo en los párpados y en los labios, epistaxis y gingivorragias.



Facies de la anemia hemolítica: en la anemia microesferocítica el cráneo presenta aspecto de torre (torricefalía) debido al exagerado desarrollo en sentido vertical; existe hipertelorismo.

Facies poliglobúlica: en la policitemia rubra, la piel del rostro es rubicunda o eritrósica. Las conjuntivas bulbares están inyectadas de sangre y en los pómulos pueden observarse numerosas varicosidades.



Facies hemofílica: en esta enfermedad los mínimos traumatismos producen hemorragias palpebrales, sugconjuntivales, labiales o de los pómulos.





Facies talasémica: en la talasemia mayor (anemia de Cooley) se observan anomalías en el desarrollo de los huesos craneales y del rostro debido al excesivo crecimiento de la médula ósea en respuesta a la hemólisis exagerada. La exuberante proliferación medular de los huesos planos del cráneo sumada a la presencia de notables pliegues en el epicanto imprimen a la fisonomía un aspecto mongoloide ("facies de ardilla").

7. Por alteraciones psiquiátricas.

Facies depresivo-melancólica: se presenta en la depresión grave. Es una facies triste, la mirada perdida, las arrugas frontales y las comisuras labiales hacia abajo dan al enfermo un aspecto característico.







Facies maníaca: se trata de una facies exaltada, agitada, enajenada, hiperactiva y con la mirada brillante.





Facies de la demencia senil: mirada desorientada, azorada, desconectada de la realidad, con falta de movimientos y rígida.







                                                                8. Por alteraciones esqueléticas.



Facies adenoidea: se debe a la obstrucción nasal producida por hipertrofia de las adenoides; esto determina dificultad respiratoria crónica y anomalías maxilofaciales: el maxilar superior se aplana lateralmente y adopta una configuración ojival. El labio superior aparece cortado, el inferior abultado, la nariz es chata con orificios pequeños. Estos rasgos confieren al paciente un aspecto de atontado.




Facies acondroplástica: se caracteriza por presentar una frente amplia con nariz aplastada; la cabeza tiene un tamaño grande y desproporcionado con el resto del cuerpo.





Facies de Paget: se observa crecimiento exagerado de los huesos craneanos, estableciendo una desproporción entre la cara pequeña y el cráneo voluminoso.

Facies sifilítica: en la sífilis congénita se observan dientes de Hutchinson, la frente es prominente y convexa (frente olímpica) y en ella se encuentran abultamientos prominentes conocidos con el nombre de nudosidades de Parrot. La raíz de la nariz aparece hundida, denominándose nariz "en silla de montar".


                                                          9. Miscelánea

Facies neumónica: es bultosa y congestionada, las mejillas son eritrocianóticas, a veces más acentuadas del lado correspondiente al pulmón afectado por parálisis vasomotora refleja. Hay aleteo nasal por la intensa polipnea; las conjuntivas se encuentran inyectadas y en ocasiones, con un ligero tinte subictérico. La presencia precoz de vesículas de herpes simples alrededor de la boca adquiere gran valor diagnóstico.

Facies dislipémica: es una facies envejecida con el cabello entrecano y con un arco senil a nivel de la córnea. En los párpados superiores (sobre todo en la mitad interna) se forman placas amarillentas por depósitos de lípidos (xantelasmas).

Facies bufoftálmica: también llamada facies de sapo, se caracteriza por presentar exofotalmos uni o bilateral y caíða de los párpados superiores. Se la puede observar en la enfermedad de Hand-Schuller-Christian.

Facies febril: se caracteriza por enrojecimiento de los pómulos y palidez del resto de la cara, con los ojos brillantes.

Facies mongólica: en el síndrome de Down la cara es redondeada y pequeña, los ojos son oblícuos y frecuentemente con epicanto (o tercer párpado) exagerado, que borra el ángulo interno del ojo; muchas veces ectropión, blefaritis y catarata bilateral. El cráneo suele ser pequeño, el cabello fino y las orejas puntiagudos y separadas ("en asa"). La boca entreabierta, con babeo; con cierta frecuencia la lengua engrosada asoma al exterior.


Facies del síndrome mediastínico: es cianótica con edema de la cara y del cuello (cuello de Stokes) y distensión de las venas correspondientes. El edema puede extenderse a la parte superior del tórax y miembros superiores (edema esclavina) cuando hay compresión de la vena cava superior.

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